COLABORADORES

El Hogar de María se sostiene a través de convenios firmados con organismos de niñez y adolescencia de la provincia de Buenos Aires y organismos de salud y ambiente de la provincia de Buenos Aires. Este sostenimiento mensual, resulta insuficiente lamentablemente para cubrir todas las demandas diarias y mensuales que requieren los niños dado su alto grado de gravedad de las patologías con las que arriban al hogar. De aquí se desprende entonces la importancia y relevancia de cada colaborador del Hogar de María.
Ese aporte, por pequeño o grande que sea, tiene una significancia profundísima para toda la institución, que es la que permite que el Hogar siga de pie.
Sin esta contribución, sin esta colaboración, sin esta compañía, el Hogar no podría permanecer abierto
El Hogar se sostiene con recursos del estado y son complementados con la buena voluntad y el amor al prójimo de toda la red de colaboradores que construye día a día el Hogar de María.

VOLUNTARIADO DEL HOGAR DE MARIA

El Voluntariado está integrado por personas organizadas y orientadas de acuerdo a sus posibilidades en función de las necesidades y demandas de los niños, adolescentes y jóvenes del Hogar.
Cada uno de sus miembros es comprometido portador de los principios y valores que sustentan y alimentan la Misión.
El Hogar de María tiene sus puertas permanentemente abiertas para recibir a todas aquellas personas de buena voluntad que quieran sumarse a este compromiso como argentinos protagonistas determinantes en la construcción del “Bien Común”.

El gráfico indica las diferentes áreas de intervención de los voluntarios de acuerdo a sus posibilidades y preferencias.

 

Para sumarte también vos al voluntariado del Hogar de María o recibir información comunicarse con:

  • Directora: Lic. Gabriela Nicolás.
  • Coordinadora del voluntariado: Sra. Anabella Morán.

Teléfono: 0223 479 7996 | Email: voluntariado@hogardemaria.org.ar

O completá el formulario de más abajo:

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ALGUNAS VIVENCIAS

Cecilia Consani

Hace unos 15 años un grupo de amigos me invitó a un evento benéfico, al que asistí sin saber muy bien cuál era el fin. Sólo pensé en colaborar desde ese lugar… asistiendo a esa Fiesta.

Una hermosa Cena donde predominaba la cordialidad entre los anfitriones y los invitados. El clima era muy acogedor donde no importaba qué vestían las personas, quiénes eran o qué íbamos a cenar… la importancia era otra: LAS ALMAS QUE SE UNÍAN PARA AYUDAR AL HOGAR DE MARIA.

Hasta ese momento desconocía la Institución, y después de esa hermosa velada, comencé a interiorizarme para saber como ayudar en esta hermosa Obra. Fue un camino sin regreso  que no quiero abandonar…

Con gran sorpresa, encontré que detrás de esta Obra se encontraba su fundadora, Mercedes Rom de Alfonso, con quien compartí un año de facultad hacía muchos años atrás sin conocernos demasiado en esa oportunidad. Escuché su conmovedor discurso pleno de palabras alentadoras para una difícil Misión, proteger a los niños con discapacidades en extrema situación de pobreza y abandono… Esas palabras quedaron selladas en mi mente y en mi corazón.

Durante muchos años, colaboraba con el Hogar en una forma no muy comprometida, a través de amigas que eran Voluntarias, me hice socia del Hogar, participaba de las distintas Campañas que se organizaban, compraba y vendía los bonos contribución para sorteos y demás.

Nunca dejé de asistir a esa Cena y Baile Anual, porque era donde veía los resultados que tan claramente nos brindan tanto la Comisión Directiva como sus Voluntarias de los logros y necesidades del Hogar de María.

Hasta que en la Cena del 2008, después de las palabras de Mercedes, muy penosas en esa oportunidad  ante la necesidad económica acuciante del Hogar, considerando que si esta situación financiera se prolongaba, el Hogar debía cerrar sus puertas… Sentí claramente un vuelco en mi corazón… CERRAR SUS PUERTAS? Qué sería de los niños alojados en el Hogar?  

Me levanté de mi confortable lugar en la mesa de esa Cena,  busqué a mi amiga Josefina Busquet, quien me facilitaba siempre la posibilidad de colaborar, y le dije entre lágrimas “quiero unirme al Voluntariado”. Me abrazó muy fuerte y me dijo “Sos muy bienvenida, ésto es para vos, el Hogar te necesita…”

Desde ese momento el Hogar de María, se ha convertido en “mi sueño y mi desvelo”…

Es mi sueño porque encontré grupos de trabajo de SERES HUMANOS con ALMA de ÁNGELES, que se mueven silenciosa y sigilosamente en forma alegre y dinámica, que concretan lo que se proponen con un objetivo claro. El hogar es un HOGAR MODELO!!! Donde los niños no padecen ninguna carencia gracias a sus Voluntarios y Colaboradores, que nos cuesta mucho esfuerzo lograrlo y ese es el objetivo: que vivan dignamente.

“Es lo que yo necesito para poder ser útil”, pensé, confiabilidad, respeto, transparencia, concreción en la labor para esta Misión.

Mi desvelo, pues quisiera que no existiera esta pesadilla de niños con enfermedades neuro-psico-motoras y abandonados en extrema situación de pobreza. Creo que no hay situación más inferior que ésta para estar desvalido… quién velará por ellos si no fuera por su fundadora y quienes le seguimos, todos los que podemos colaborar y aquellos que trabajan de corazón, por vocación más que por su sueldo, dentro del Hogar, día tras día?? Qué sería de ellos si no hubiera ALMAS DE ÁNGELES como las que encontré dentro de esta Institución?

No sería honesta si no confesara que es el Hogar y su Misión lo que me ayuda a mí a diario. Hasta es mi lado egoísta si se quiere, porque viendo esta Obra pude mirar más allá de lo que soy y lo que me falta. Aprecio mucho más mis hijos, a quienes me rodean, y lo que no tengo. Aprendí a poner más en manos de Dios aquello que me parecía imposible, y dedicar a hacer lo que era posible para nuestros chicos. Y Dios recompensa, pues mis cosas se solucionan más fáciles porque yo ya nos las veo como imposibles, y pongo mi energía en lo que me necesiten en el Hogar.

Sólo tengo palabras de agradecimiento para el Hogar de María y su gente, pues es la Misión que Dios me había preparado para mejorar mi espíritu, colaborando con todos mis compañeros de Voluntariado para que ayudemos a quienes más nos necesitan. Ya no miro a las personas sino  SUS ALMAS! Gracias por permitirme ser parte de esta Obra!